Los medios de comunicación nos presentan estos días, a menudo de forma especulativa y poco objetiva, informaciones referidas a una desbandada general de los jugadores del Atlético de Madrid que tan impresionante campaña han realizado a las órdenes de su entrenador, Diego Pablo (el Cholo) Simeone.
Ante tantas noticias de ese tenor, previsiblemente alentadas por los propios jugadores como por sus representantes, el Atlético teme que los grandes clubes europeos hayan puesto el ojo sobre sus jugadores, revalorizados de forma extraordinaria. Y éstos aprovechan la corriente a favor, para sacar lo máximo posible. Todo parece que transcurre dentro de la lógica del negocio, pues es lo que sucede asiduamente en los equipos grandes; sin embargo, en el terreno de las emociones todo resulta bien distinto, porque –de nuevo- se deja al margen a quien paga la fiesta: el aficionado.