Los fondos de inversión tienen los años contados en el fútbol. Se les va a terminar un chollo que únicamente está contribuyendo, de forma clara, a acrecentar los problemas económicos de esta industria. Parece que, por fin, la FIFA ha decidido tomar cartas en el asunto y recoger el guante que le había lanzado la UEFA, porque el presidente Joseph Blatter se ha comprometido esta semana a prohibirlos a la mayor brevedad.
La UEFA fue la primera voz en contra de este tipo de inversiones, que atenta contra la esencia de un deportista hasta convertirlo en un mero activo financiero. Las primeros alegatos de Michel Platini, el presidente de la UEFA, denunciaban que “los jugadores no pertenecen a sus clubes (…) Cada vez más son propiedad de compañías opacas controladas por agentes desconocidos o de fondos de inversión. Los jugadores no controlan sus carreras y son traspasados cada año para generar ingresos a individuos anónimos que solo quieren manejar el dinero del fútbol”. Y el organismo rector del fútbol europeo advirtió a la FIFA que, si los rectores del balompié mundial no tomaban cartas en este asunto, ella lo haría por su cuenta en la jurisdicción europea.